miércoles, 2 de septiembre de 2009


Se detuvo en medio del jardín helado. Justamente porque consideraba que la realidad era un absurdo, había terminado aceptando lo que la vida le había impuesto de manera natural. En la adolescencia, pensaba que era demasiado pronto para escoger; ahora, en plena juventud, se había convencido de que era demasiado tarde para cambiar¿Y en qué había gastado su energía hasta ese momento? En intentar hacer que todo en su vida continuase igual. Había sacrificado muchos de sus deseos para que sus padres la continuasen queriendo como la querían de pequeña, aún sabiendo que el verdadero amor cambia con el tiempo y crece y descubre nuevas maneras de expresarse. [...]Y cuando obtuvo cuanto deseaba en la vida, llegó a la conclusión de que su existencia no tenía sentido, porque todos los días eran iguales, y decidió morir..."

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